Karl Marx fue uno de los críticos más violentos que existieron en contra de su época y de las condiciones económicas (fundamentalmente, aunque no exclusivamente) que imperaban en esos días; eso por no hablar de la crítica que podría llegar a hacer hoy, a comienzos del siglo XXI, en contra de un capitalismo que desagradaría a su propio creador, Adam Smith.
Marx fue un lector y un investigador infatigable cuyo campo de interés no se limitó a la economía o a la filosofía, sino que se involucró activamente en todo lo que hiciera referencia al ser humano, tanto la política, como la historia, la psicología, etcétera.
Al decir que se involucró “activamente” en los problemas de su época queda evidenciada una característica fundamental de la filosofía de Marx, característica que queda plasmada en su célebre máxima que dice que: “hasta ahora los filósofos se han encargado de interpretar el mundo, de lo que se trata ahora es de transformarlo” (ultrafamosa tesis Nº 11 acerca de Feuerbach). Con esto Marx está diciendo que todo lo hecho por la filosofía, toda la interpretación del mundo sirve solamente como base para proceder a la acción, fin verdadero de todo lo que se piensa, se escribe y se dice. Es por esto que a l filosofía marxista se la llama “filosofía de la praxis”. Parece claro que, para Marx, si de la filosofía no se pasa a la acción entonces nos quedamos a mitad de camino.
Y como ejemplo de la filosofía tomada como base de la cual partir podemos tomar el uso que Marx hizo de la dialéctica hegeliana. Recordemos brevemente que la filosofía hegeliana marcó profundamente a Marx y la idea de una dialéctica en la cual aparecen elementos (tesis) que luego serán contradichos por otros (antítesis) para luego ser ambos superados por una instancia que los reúne y que continúa avanzando (síntesis) pasó a ser la base de su ideología.
Marx ve el cumplimiento de esta dialéctica en la historia al explicar que el curso de la historia (tanto para Hegel como para Marx la historia tiene una dirección qué seguir, un camino inevitable. Esto en filosofía se llama “teleología”) muestra que el feudalismo (tesis) fue negado por una nueva forma de producción (antítesis) y eso produjo la burguesía como nueva clase social dominante (síntesis).
Pero el avance dialéctico no se detiene (¿nunca?) ya que para existir la burguesía precisa del proletariado, clase social que se hartará de los abusos de la burguesía y asumirá el rol de su antítesis, produciendo la revolución social que llevará a la síntesis de una sociedad sin diferencias de clases, motivo de sus luchas.
Bueno, eso es lo que Marx planteaba, aunque claramente la historia no se desarrolló así, lo que se observa hoy en día es que la burguesía parece haber dominado completamente al proletariado y lo único que desapareció fue el propio marxismo como ideología en la cual basar la acción.
¿Será que se equivocó Marx o que la presagiada revolución tarda más tiempo y exige algunas vueltas más de las que se podría imaginar?
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