jueves, 28 de julio de 2022

Acerca de la asociación libre. (Parte 1)

 


    Agradezco nuevamente la participación de la lic. Flora Fainkuchen, con este texto acerca de uno de los pilares de la técnica psicoanalítica.


La asociación libre es uno de los métodos más íntimamente ligados al psicoanálisis de Sigmund Freud y sus seguidores. En su momento, esta estrategia sirvió para sustituir la hipnosis y el método catártico en la consulta clínica de la época.

Vista de manera superficial, la asociación libre puede resumirse en una frase: “dígame todo lo que le venga a la cabeza”, es también una regla fundamental del psicoanálisis.

La asociación libre es un método para hacer que algunos aspectos de las ideas y recuerdos que resulten demasiado traumáticos para poder ser accesibles por la consciencia puedan ser alcanzados a través de la palabra.

Sigmund Freud planteaba que la asociación libre era una manera de sortear los mecanismos de represión y bloqueo de los contenidos mentales traumáticos y generadores de mucha ansiedad. De este modo, haciendo que un paciente jugase con el lenguaje de forma improvisada, el psicoanalista sería capaz de alcanzar un nivel de comprensión más profunda sobre los problemas inhibidos de esa persona.

 

Origen del concepto.

Sigmund Freud se vio muy influido por Jean-Martin Charcot, un neurólogo francés que utilizaba la hipnosis y el método catártico para curar casos de histeria. Freud decidió hacer uso de la hipnosis para explorar las dolencias de pacientes neuróticos, aunque tardó poco tiempo en llegar a una conclusión muy diferente acerca de cómo debían ser tratados los trastornos.

Freud empezó a pensar en la idea de que los problemas mentales podían ser en realidad manifestaciones de ideas y de recuerdos traumáticos que deben ser “aislados” y mantenidos lejos del alcance de la consciencia. El organismo es capaz de mantener un cierto equilibrio entre los contenidos que realmente circulan por la consciencia y aquellos que permanecen en lo inconsciente, pero no es capaz de hacer desaparecer estos últimos, tan solo los mantiene bloqueados. Sin embargo, en ocasiones los contenidos a reprimir son tan poderosos que generan los síntomas de los trastornos al luchar por filtrarse hacia la consciencia.

La hipnosis sería una manera de hacer que los mecanismos de bloqueo de estos contenidos mentales ocultos quedasen relajados, haciendo posible que se expresasen de forma más clara (aunque siempre de manera indirecta). Con los sueños ocurriría algo parecido: Freud los interpretó como hipotéticas manifestaciones de lo inconsciente y reprimido, pasadas por un filtro de simbolismo.

El método de la asociación libre se basa en estos supuestos:

 

-Existe al menos una parte consciente de la psique, y otra que es inconsciente.

-Los contenidos de la parte inconsciente luchan por emerger a la consciencia, pero nunca pueden ser examinados directamente.

-Muchos trastornos mentales son fruto del choque entre contenidos de lo inconsciente que quieren ocupar el resto de la psique y la parte consciente que trata de impedir esto.

-Es posible crear situaciones en los que los mecanismos de bloqueo de contenidos del inconsciente se relajan.

 

Entonces se utiliza la asociación libre para permitir que contenidos de lo inconsciente que pueden estar detrás de la aparición de un trastorno mental se expresen de manera indirecta para, de ese modo, poder influir en ellos mediante mecanismos del lenguaje.

De este modo, se deja que el paciente vaya diciendo todo lo que le viene a la mente, sin imponerle condiciones ni temas; de ese modo, sus mecanismos de autocensura se relajan. Al crear un contexto en el que el uso del lenguaje puede ser caótico, se asume que es la parte inconsciente de la psique la que se encarga de encadenar palabras y temas entre sí.

La lógica que hay detrás de lo que se dice pasa a ser la lógica de lo inconsciente, que va tomando nota de regularidades en el uso de símbolos, temas que parecen importantes, pero de los que nunca se habla de forma directa.

Estas ideas y significados ocultos son planteados por el psicoanalista, que da una interpretación de lo que acaba de escuchar.

Según Freud, este método era mucho más útil que la hipnosis y el uso de la catarsis, porque podía ser utilizado en una cantidad mayor de personas y permitía reelaborar discursos de lo inconsciente.

 

Más de la asociación libre: un poco de historia

Sigmund Freud fue desarrollando este concepto entre los años 1892 y 1898. Fue sustituyendo progresivamente el método de la hipnosis y de la catarsis -métodos que utilizaba en sus inicios- por el de la asociación libre. Esta evolución fue motivada por un fin muy concreto: evitar la sugestión del paciente.

A partir de una intervención con una de sus pacientes, la señora Emmy Von N. en 1892, Freud comienza a pre-configurar el método de la asociación libre. Esta paciente, le solicitó expresamente a Freud que cesara de intervenir en el curso de sus pensamientos y la dejara hablar libremente.

Posteriormente, en su obra ¨El método psicoanalítico¨ de 1904 explica las razones por las cuales habría de abandonar la hipnosis. A partir de los trabajos con Breuer, Freud se da cuenta que la hipnosis solo producía resultados parciales y transitorios.

Gracias a que el método de la asociación libre suprimía las resistencias del paciente, el acceso al material inconsciente (recuerdos, afectos, representaciones) era mucho más sencillo. Además, los efectos que se lograban con la asociación libre eran permanentes, con la ventaja de que con esta técnica el paciente no estaba bajo los efectos de la hipnosis. De esta forma se sustituyó definitivamente el método catártico e hipnótico por la asociación libre, convirtiéndola en regla fundamental y medio privilegiado para el acceso e investigación del inconsciente.

 

Fundamentos teóricos de la asociación libre

Cuando toda persona habla, hace una selección de las palabras que quiere utilizar para darle un sentido al mensaje que pretende compartir. A pesar de este proceso de selección, más o menos rápido, suelen aparecer fallos del lenguaje, como los lapsus linguae, olvidos, repeticiones, etc., Estos “fallos”, en las conversaciones ajenas al contexto terapéutico no suelen ser analizados; sin embargo, en un contexto analítico tienen mucha importancia.

¿Por qué?

Jaques Lacan decía: “El inconsciente está estructurado como un lenguaje”

Precisamente, en el contexto analítico se entiende que estos “fallos” son una manifestación del inconsciente, es como si de alguna manera el contenido traspasara la barrera defensiva de la persona. En la asociación libre, el paciente, al verse liberado por el terapeuta de sus propios controles y ajeno a toda disciplina de darle a sus ideas un sentido lógico, se encuentra en el escenario propicio para dejarse llevar por todo aquello que acude a ese “precipicio” en el que todo lo inconsciente adquiere fuerza, asocia, habla. La barrera defensiva, las resistencias, son franqueadas y es posible entonces tener acceso al inconsciente.

Una vez franqueada la barrera del inconsciente y de la autocensura, comenzamos a utilizar palabras que nos van a servir para indagar en nosotros mismos. Según la teoría psicoanalítica, estas palabras gozan de un poder fundamental si se saben analizar.

Para Freud, exponer las resistencias y luego analizarlas es completamente esencial para llevar a cabo la cura; se logra a través de la asociación libre. De esta manera, la asociación libre, la interpretación de los sueños y el análisis de los actos fallidos se convierten en las tres técnicas esenciales de la clínica analítica. Siendo la asociación libre imprescindible, tanto que para Freud es precisamente la técnica que más separa al abordaje psicoanalítico de otras formas de acercamiento terapéutico.

 

¿Cómo se lleva a cabo la asociación libre?

La asociación libre puede surgir espontáneamente o ser inducida a partir de un sueño, fantasía o cualquier otro pensamiento. Sin embargo, para que esta se lleve a cabo y realmente se produzca una asociación libre, es necesario que se haya consolidado la transferencia con el analista. Nada de lo que se diga en sesión será juzgado. Nada es correcto o incorrecto; por tanto, todo lo que se diga es válido.

En el momento en que el paciente se deja llevar por sus pensamientos y logra expresarlos abiertamente a su analista, está permitiendo que afloren las representaciones inconscientes para que puedan ser así analizadas, interpretadas y trabajadas. Obteniendo acceso al material inconsciente, podrá volver a elaborarlo de manera consciente: el objetivo de esta elaboración es que deje de ser una fuente de malestar o conflicto.