Agradezco el texto de la lic. Natalia Demonte, el cual fue publicado originalmente en http://www.pensarelpsicoanalisis.com.ar
Los invito a pasar a la página para
descubrirla y poder leer otros artículos escritos por mí y por colegas.
Lacan en el escrito ¨La dirección de la cura ¨ dice que con referencia al amor:
¨Amar es dar lo que no se tiene, a alguien que no lo es¨.
¿Qué habrá querido decir con esto?
Parece haber una relación en el amor y la falta en el tener o en el ser..
Pensándolo de este modo la noción del amor estaría en contraposición a la noción de ¨dar lo que se tiene¨ con relación a ¨ dar cuidados ¨.
Por ejemplo vemos al niño que pide a la madre una cosa y la llama, la madre se pregunta y le pregunta qué quiere.
Lo más importante ahí es la pregunta, lo que se demanda es un signo de la presencia del Otro.
¿Ahora qué pasa si la respuesta es siempre dando lo que se tiene? Vemos por ejemplo a esos niños que piden un helado y después un chocolate y después un chupetín o ingresan en la serie interminable de los porqué, hasta que por fin la madre le dice ¡Basta¡ ¿Qué carajo querés? El error que se comete al creer que lo principal es dar lo se tiene es ignorar que el corazón de la demanda es un vacío.
La demanda siempre es demanda de alguna otra cosa, se va desplazando porque al fin y al cabo toda demanda es demanda de amor, de esa presencia que va más allá del campo de la necesidad.
Se escuchan con frecuencia ejemplos de la vida cotidiana, por ejemplo una mujer que le cuenta indignada a su amiga que el marido no le trajo un regalo para el aniversario de casados o para el día de los enamorados…
¿Qué representaría esa demanda y ese regalo? Ese regalo representa que el marido se acordó de ella en algún momento, que le ha faltado y la demanda es de la presencia: ¨Dame una señal que te falté¨.
Lo que le da valor a lo que trae no es del orden de lo que se tiene, sino del orden de lo que le faltó, (que la extrañó, que se acordó de ella). Ese regalo tiene valor siempre y cuando sea un signo de la falta en el Otro, que Lacan llamará don.
A diferencia del significante, el signo acá es lo que representa algo para alguien. Cuando se pasa de la demanda de satisfacción de la necesidad a la demanda de amor el Otro deja de ser pura cadena significante para pasar a ser un sujeto, cuando se está pidiendo un don, un signo, esto implica que el Otro también es un sujeto habitado por un deseo.
Está en juego la falta de los dos. Podríamos preguntarnos ¿Qué doy que no tengo a quien no lo es? El falo. Lo que doy vale como falo pero no lo tengo a alguien que vale en tanto que no es alguien completo.
Lacan en el seminario de La transferencia y su disparidad subjetiva, introduce la noción de agalma con relación a las cuestiones del amor de transferencia.
Lacan trabaja la noción de agalma como el brillo fálico del objeto a, término solidario con el objeto a como causa de deseo: ¨Eso que creo que tiene el otro que causa mi deseo, mi división ¨
¿Cuál es la relación del sujeto del inconsciente con el objeto de su deseo?
Lacan para trabajar estas cuestiones con relación a la transferencia en análisis aborda ¨ El banquete de Platón¨, dicho debate se basa en distintas posturas acerca del amor donde participan diversos personajes alrededor de Sócrates: : Fedro, Pausanias, Erixímaco, Aristófanes y el poeta Agatón . Trabaja los fenómenos de la transferencia a partir del objeto a y destaca el concepto de agalma que Alcibíades emplea para designar los objetos preciosos que están ocultos en el envoltorio, en la apariencia de Sócrates.
Lacan pone énfasis en la escena final, cuando irrumpe Alcibíades y en la respuesta de Sócrates que Lacan va a decir que cobra estatuto de interpretación..
Alcibíades, que estaba caracterizado por representar lo bello y amado, dirige sus palabras para desenmascarar a Sócrates en cuanto a lo que Sócrates tiene oculto para encantar.
Se compara a Sócrates con el sileno que vendría a ser una estatuilla ahuecada que en su interior obtiene objetos preciosos que cautivan.
Sócrates posee en su interior un agalma que produce el amor de Alcibíades y este último le da un tinte único y personal a dicho objeto. De este modo se abre el juego a pensar un vínculo meramente singular, como el que se juega en el análisis
Pero veamos a Sócrates, que tomado como amado es solicitado por Alcibíades a tomar el lugar de amante demandándole algún signo de amor:
Sócrates se muestra indiferente, rechaza incluso el lugar de amado que tiene ante Alcibíades, no sabe nada de eso. Rechaza la metáfora del amor: ni ama ni se deja amar.
La posición central de Sócrates es que su esencia es vacía, hueca., ocupa el lugar de sujeto barrado y le contesta a Alcibíades que en realidad su discurso se dirige a Agatón no a él. De esta manera Sócrates se ubica en posición tercera, toma la posición de Alcibíades de amante, pero la redirige a Agatón.
Lacan compara la posición de Sócrates con la del analista en el amor de transferencia.
Lacan se plantea la dialéctica entre el amante y el amado :
Para precisar el pasaje de posición de amado ( Erómenos) a amante ( Erastés) desarrolla la metáfora del amor , donde se pone en juego la experiencia analítica .
Erómenos era la posición del joven amado, del objeto de amor, es el que tiene el objeto que provoca el deseo..
Erastés es el que no tiene, es el que ama, desea , es el sujeto de la falta y por esa falta puede desear. .
Sócrates actúa como el analista cuando maneja la transferencia. El analizante se enamora del analista ya que le supone un saber a lo que le pasa y espera ser amado por este. El analista al no dar un signo de amor suscita algo del orden de la falta. En la transferencia el analista ocupa el lugar de sujeto barrado, encarna un vacío. El analista como Sócrates no responde a las demandas de amor, de este modo no se produce tampoco la metáfora del amor, no toma el lugar ni de amado ni de amante , insiste que no hay nada en él digno de ser amado , sabe como Sócrates que el objeto que se ve en él es sólo una nada, está perdido.
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