Hace poco terminé de leer Robinson Crusoe y hubo algunos puntos que me llamaron la atención acerca de este muchacho y por eso paso a comentar lo que me resultó más interesante.
Este libro es muy conocido como la historia de un hombre que naufraga y llega a una isla donde tiene que vivir muchos años sin la compañía de ningún otro ser humano, situación en la cual tiene que ingeniárselas para sobrevivir sin más ayuda que lo que puede rescatar del barco en el que viajaba y lo que puede encontrar en la isla, se trataría así de la epopeya de un hombre condenado a vivir solo durante 28 años y todo lo que allí ocurre con él.
Una vez escuché decir que era muy interesante pensar que cuando Robinson encuentra la huella de un pie humano en su isla lo que hace es borrarla, mostrando que no quiere saber nada con la idea de que otro hombre pudiera aparecer por allí y robarle una soledad que le era muy preciada. Yo no encontré esto, en el libro Robinson se asusta mucho ante la vista de una huella humana y lo explica diciendo que teme la aparición de personas que pueden ser hostiles y hacerle pasar algún mal momento o incluso matarlo. Esta es una explicación muy lógica y convincente ya que pueden aparecer salvajes que lo ataque, piratas desalmados o cualquiera que lo esclavice, por poner algunos ejemplos; pero sabemos que no hay que confiar en algunas explicaciones sin importar lo convencido que esté quien la dice de su veracidad.
Si bien no borra la huella humana, Robinson si da muestras de estar muy bien en la isla, completamente solo, sin dar muestras de extrañar mucho la sociedad inglesa de la cual había partido, ni a su familia, ni nada de lo que conocía. Estando solo él puede hacer lo que le guste sin tener que pedir permiso ni dar explicaciones a nadie, como dice el dicho: “el buey solo bien se lame”.
Dice Robinson:
“Mi existencia era entonces tan agradable, que, de no haber temido la presencia de los salvajes, me hubiera gustado acabar mi vida en aquellos parajes”(1).
Por más que no haya borrado la huella, la idea de que no le interesa en lo más mínimo la interacción social es clara y aparece todo el tiempo en el libro, pero con su soledad no es suficiente y después de un tiempo Robinson empieza a sentir que necesita algo, algo le falta, algo muy distinto a tener alguien con quien conversar de lo que ocurre en el mundo o cómo salió algún partido de fútbol. Robinson empieza a sentir que le falta la posibilidad de ejercer dominio sobre lo que lo rodea.
Algo de esto había aparecido anteriormente ya que Robinson se autodenomina el amo de la isla, señor de esas tierras y sus animales, lo cual puede hasta sonar gracioso y ocurrente ya que es el único humano que está ahí y por eso no tiene dificultades en hacer y deshacer lo que quiera cuando quiera y como quiera, se trate de cazar animales para comer o para crearse vestimenta o de utilizar los árboles para fabricar muebles y canoas. En realidad no se puede decir que busque dominar solamente por esta forma de hablar de sí mismo, pero en las páginas siguientes mostrará más de esta actitud.
Hegel dice en la dialéctica del amo y el esclavo que el ser humano busca el reconocimiento del otro, pero esto no puede encontrarlo en animales ya que estos seres no brindan el tipo de reconocimiento que los humanos buscamos, los animales solo pueden ofrecer una sumisión que nos convierte en dueños, pero se trata de un reconocimiento insuficiente para las expectativas humanas, con eso no alcanza. El reconocimiento, el deseo, que los seres humanos buscamos es el que nos puede proveer otro ser humano, ningún otro deseo es aceptable, y para eso hay que luchar estando dispuesto a morir con tal de lograr convertirse en Amo del Esclavo.
Muy difícilmente pueda Robinson involucrarse en dicha lucha si no hay nadie para ofrecerle su deseo como premio, pero él encuentra una solución que si bien no es la ideal, le permite fantasear con aquello que tanto anhela y no puede alcanzar.
Robinson sueña que consigue un esclavo. Una aclaración que me resulta importante, no soy yo quien califica a este otro personaje de esa manera, no se trata de que yo leo la historia e interpreto que Robinson buscaba alguien a quien poder esclavizar, es el mismo texto el que así lo presenta. En el sueño, Robinson ve que llegan unos salvajes a la isla con un prisionero con intenciones de matarlo y comerlo, pero escapa y Robinson dice que luego de encontrarlo lo lleva a sus habitaciones y lo convierte en su esclavo. Queda claro que no le interesa encontrar un compañero para conversar y compartir anécdotas, tampoco le interesa alguien que pueda ayudarlo con sus habilidades y conocimientos a mejorar las condiciones de su estancia ahí, ni nada por el estilo. Quiere un esclavo, podemos decir que el sueño de Robinson es poder esclavizar a alguien.
Y poco después… ¡se le cumple el sueño! Aparecen salvajes trayendo prisioneros a los cuales iban a matar y devorar, como había ocurrido otras veces a juzgar por los restos humanos encontrados en una playa, ese es el momento en el cual nuestro protagonista decide actuar. La tarea no es fácil, él está solo y los salvajes son varios, pero él tiene el elemento de la sorpresa y varias armas de fuego en su poder, aún así es una acción peligrosa que puede resultarle mal y terminar siendo él también el almuerzo de los salvajes. Pero como dijo Hegel, la lucha por convertirse en amo debe implicar el arriesgar la vida, de otra manera no puede aspirarse a obtener el premio buscado.
Robinson se lanza a la lucha, arriesga su vida con el único objetivo de poder ejercer su poder sobre el pobre tipo que iba a deberle la vida si las cosas salían como tanto lo deseaba, una lucha por el deseo de reconocimiento de aquel que ya era esclavo en la mente de su amo aún mucho antes de poder darle órdenes y dirigir su vida.
Viernes, tal es el nombre que dará al salvaje que rescató, ya era esclavo de Robinson aún antes de que ambos se conocieran, aún antes que uno supiera de la existencia del otro; el europeo necesitaba alguien que ocupara ese lugar para poder tener él el lugar de amo. Sin esto, nunca se hubiera lanzado a luchar contra los salvajes, se hubiera escondido en su vivienda, que había fortificado durante años, suplicando a Dios que mataran y comieran a cuantos quisieran sin jamás descubrirlo a él. Que el salvaje que ocupara ese lugar de esclavo fuera quien finalmente fue o se tratara de cualquier otro no tiene la menor importancia, cualquiera que hubiera sido liberado por él sería puesto como esclavo de su amo. La estructura de poder estaba establecida, solo hacía falta un participante para que todo pudiera ser puesto en práctica.
Robinson mata a varios salvajes, pero uno estaba aturdido y comienza a levantarse torpemente ante lo cual él comenta:
“…el terror empezó a pintarse de nuevo en el rostro de mi esclavo” (2).
Es decir que todavía no había acabado con sus captores, todavía no tenía la más ínfima idea de cómo iba a reaccionar el salvaje liberado (interesante, para él todos los no europeos son salvajes aún cuando no tiene idea de sus costumbres, cultura, idioma, etcétera. Más adelante esto se muestra mucho más claramente) y ya lo nombra como su esclavo. Indudablemente el pobre tipo no tiene otro lugar que no sea ese en la isla a la cual lo trajeron.
Es interesante preguntarse qué hubiera pasado si el muchacho no aceptaba el lugar en el cual Robinson lo iba a ubicar inevitablemente, ¿lo hubiera matado?, ¿lo hubiera sometido por la fuerza? Por suerte para él, nunca tuvo el inconveniente de tener que pensar una respuesta a estas preguntas ya que el joven inmediatamente le dio las más indudables muestras de agradecimiento al someterse a él con la fidelidad más absoluta que alguien puede imaginarse y soñar. Cuenta cómo actuó Viernes al despertarse después de descansar:
“Al verme, se acercó corriendo, se echó a mis pies con todas las pruebas de un alma verdaderamente agradecida, renovó la ceremonia de jurarme fidelidad, poniéndose mi pie en la cabeza…” (3)
Entonces Robinson estuvo muy contento.
Veamos cómo actuó el amo con su esclavo, para ir descubriendo qué clase de dominio quería ejercer y qué clase de esclavo era el que deseaba tener.
“Primero le enseñé que se llamaría “Viernes”, nombre que le di en memoria del día en que había caído en mi poder; le enseñé también a llamarme “amo” y a decir “si” o “no” oportunamente.” (4)
Empecemos por lo que ya sabemos, efectivamente él era el amo y no había posibilidad de que esa relación social se estableciera de otra manera, es indudable que el muchacho había “caído en su poder” y solo podía esperar que su amo fuera bueno con él ya que de lo contrario no había mucho que él pudiera hacer para cambiar las cosas. Pero lo más interesante es que Robinson le da un nombre, lo llama Viernes, sin la menor intención de averiguar si ya tenía un nombre, una identidad, todo eso no tiene la menor importancia, no existe, porque ahora es de su propiedad y todo lo que el salvaje es pasa a ser suyo, de su poder. Robinson le impone una identidad, Viernes es el nombre de su nueva vida como esclavo de su amo, toda su vida anterior acaba de desaparecer.
¿Acaso es muy distinto de cuando uno le pone nombre a una mascota o marca el ganado con la marca de su propiedad? En esos casos la idea de que la mascota o el ganado pueda estar en desacuerdo con el nombre elegido o con el dueño que se lo apropia es absurda y no tiene lugar posible en la elección, Robinson actúa de la misma forma. Es cierto que uno da nombre a sus hijos y eso no implica esclavitud, pero contra esta objeción se me ocurre decir que uno también les da el apellido, con lo cual hay un punto en común entre ambos, una igualdad entre ellos, cosa que Robinson nunca jamás estaría dispuesto a aceptar. En las situaciones en que los padres actúen como amos de sus hijos, no habría mucha diferencia con lo que este libro muestra.
Ante todo esto creo que queda claro que la relación con lo dicho por Hegel la ubico no tanto en la similitud entre las calificaciones que tanto el filósofo como Robinson usan, sino en la estructura según la cual organizan la sociedad, de manera que si en el libro ambos lugares aparecieran como “dueño”, “dominador”, “sirviente” u “obediente” todo lo dicho antes seguiría siendo aplicable.
Referencias:
(1) Defoe, D. “Robinson Crusoe” Gradifco, 2007. Buenos Aires. Pág. 166.
(2) Idem, pág. 162.
(3) Idem, pág. 164.
(4) Idem.
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