lunes, 3 de mayo de 2021

Filósofos presocráticos (2º entrega)


             Después de una larga pausa debida a motivos inevitables, el blog continúa su búsqueda con tantas ganas como siempre, en esta oportunidad continuando con las entregas acerca de los filósofos presocráticos.


1.2) Tales de Mileto.

           Así estaban las cosas cuando hizo su aparición Tales de Mileto, personaje que inaugura una forma de pensar las cosas que transformó absolutamente todo.
Tales tuvo la osadía de tratar de explicar las cosas que lo rodeaban sin recurrir a ningún mito, ni existencia de algún dios ni nada que tuviera que ver con algo superior a lo humano, sino simplemente poder explicar aquello que veía de manera que hoy calificaríamos como científica. Es por eso que Tales es considerado el primer filósofo, pero rápidamente se comprobará que esta palabra designaba algo muy distinto de lo que entendemos hoy por ella.
Tales, quizá más famoso por su conocido teorema, se preguntó ¿qué son las cosas? y trató de dar una respuesta puramente conceptual.
Se cuenta que Tales observó con gran curiosidad lo que ocurría cuando se encendían grandes fuegos, ya fuera en fogatas o calderos, lo que a él le llamaba mucho la atención era el hecho comprobable de que las cosas se transformaban, pasaban de ser una cosa a ser la otra por efecto del fuego. Así, por ejemplo, la madera al quemarse se convertía en ceniza, materia completadamente distinta a la madera original tanto en color, como en consistencia, peso y demás características. También pudo notar que en los calderos donde se trabajaba con metales no eran los mismos materiales que se colocaban que aquellos que se sacaban luego de fundirlos. Esta metamorfosis de los elementos llenó de curiosidad a Tales y lo llevó a preguntarse cuál era la verdadera materialidad de lo que veía, ¿la madera era ceniza condensada o la ceniza era madera deshecha? ¿Cuál era el verdadero metal, el que había entrado al caldero o el que había salido? Todas estas preguntas lo llevaron a pensar que tal vez la respuesta no estuviera en pensar las cosas como distintas las unas de las otras, sino que tal vez todas esas cosas fueran una sola y la misma, solo que al estar expuestas a una fuerza u otra adquirían una presentación determinada para cada situación. Para pensar esto era muy claro utilizar el ejemplo del agua, que según si era expuesta al frío o al calor se convertía en hielo o vapor, pero aún estando en estado líquido, gaseoso o sólido seguía siendo el mismo elemento.
Estas ideas son solamente hipótesis que se barajan a la hora de tratar de pensar los motivos por los cuales Tales llegó a esas conclusiones, la realidad es que no se sabe cómo llegó a pensar que todo estaba formado por una sola cosa. Pero es interesante buscar las posibilidades del caso.
Fue así como Tales comenzó a buscar lo que en griego se llama el arjé, que se traduce como fundamento o principio, aquel elemento fundamental que formaría todo lo existente. La respuesta que dio a este arjé fue el agua, para Tales de Mileto todo, absolutamente todo estaba compuesto de agua, la cual al estar sometida a distintas exigencias podía adoptar la forma líquida que encontramos en un río, podía convertirse en una montaña, podía presentarse en forma de un ser vivo tal como un perro o un ser humano o podía formar los metales, las nubes y todos los materiales que uno pudiera pensar.
No se conoce con seguridad los motivos por los cuales Tales pensó que el agua era el arjé. Aristóteles, en su Metafísica, dice que es posible que Tales se viera llevado a pensar esto por el hecho de que procesos básicos de la vida, tales como la reproducción y la digestión, se producen en un medio húmedo, así puede ser que sea justamente esto, la humedad, el agua, lo que origina todo. Otros opinan que seguramente vio cómo toda la vida surgía cuando el río Nilo crecía y bañaba todas las regiones cercanas, con lo cual pudo hacerse a la idea de que el agua producía vida, tanto de animales como de vegetación. Además, el ejemplo del cambio del agua en vapor o hielo puede haber influido en su opinión.
Es otra de las cosas que no sabemos de donde sacó Tales y, ante la ignorancia, aparecen las teorías y las especulaciones.
Sea cual fuere el motivo por el cual Tales ubicó al agua como el origen, lo cierto era que había dado origen a un pensar que prescindía de los dioses y buscaba las respuestas en el pensamiento, en las cosas que estaban al nivel del ser humano con lo cual no solo abrió una posibilidad infinita para buscar respuestas, sino que también permitió que cualquiera pudiera intentar buscar sus propias respuestas a esas mismas preguntas.
Se podría decir que así como el mito de Prometeo dice que este titán le robó el fuego a los dioses para dárselo a los hombres, Tales les robó a los dioses las respuestas que tanto guardaban y la puso a la altura de los humanos para que cualquiera de ellos, utilizando esos mismos métodos, se sintiera completamente libre para tratar de explicar todo aquello que quisiera.
La crítica a los mitos también vino de parte de Jenófanes, quien decía que los seres humanos habían creado dioses a su propia imagen, con lo cual se estaba no solo poniendo en duda la existencia de estas divinidades sino se las ubicaba como inventos de la imaginación humana. Este filósofo había notado que las personas de raza negra tenían dioses con este color de piel y los tracios los imaginaban rubios y de ojos claros, por lo que llegó a decir que si los bueyes tuvieran la posibilidad de imaginar dioses los hubieran imaginado con forma de bueyes.
Y fue así como muchos se decidieron a seguir este camino y dar sus perspectivas acerca del arjé. No tardaron en aparecer voces como la de Anaxímenes, que argumentaba que el arjé era el aire o Anaximandro, quien decía que el arjé era lo indeterminado. Para Anaxímenes el agua era aire condensado, cosa no muy difícil de imaginar ya que puede observarse que la lluvia es agua que se forma de la condensación del aire de las nubes; en su opinión la tierra era aire que se había condensado aún más. En este contexto, el fuego era solamente aire diluido.
Vale aclarar que tanto Tales, como Anaxímenes y Anaximandro, entre otros, no son materialistas, sino que consideraban estos elementos que ubicaban como el arjé como dotados de vida, para ellos el agua, el aire y lo indeterminado eran elementos que estaban vivos, eran sustancias vivientes que podían crear cosas vivas.
Otro dato curioso es que tanto Tales, como Anaximandro y Anaxímenes eran todos provenientes de Mileto, una ciudad que pertenecía a la antigua Grecia y hoy es parte del territorio de Turquía.
Otro de quienes opinó al respecto fue Pitágoras, según el cual el arjé de todo el universo eran los números. Esto indica cierta ruptura con lo precedente porque no ubica como el arjé a un elemento material del mundo sino a una idea abstracta. Con esto, Pitágoras quería dar a entender que todo lo que existía en el universo estaba regido por una lógica que podía calcularse y expresarse a través de las matemáticas, lo cual los llevaba a hablar de la armonía cósmica que podía aplicarse a la música a través de medir una cuerda y explicar los distintos sonidos que se pueden obtener de ella según lo tensada que estuviera. El estudio de la geometría pasó a ser muy importante en la secta de los pitagóricos, ya que ellos creían que las formas representaban elementos del universo.
Pitágoras consideraba que todas las cosas eran números, todo podía ser explicado y expresado a través de números, medidas y pesos, lo cual persistió con mayores o menores modificaciones, influyendo a personajes tales como Platón o Galileo, quien decía que la naturaleza se expresa en lenguaje matemático, o incluso muchos científicos de ayer, hoy y siempre que buscan las leyes, partículas o elementos que puedan explicar todo lo que existe.

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