Agradezco nuevamente la participación de la lic. Flora Fainkuchen, con este texto acerca de uno de los pilares de la técnica psicoanalítica.
La asociación libre es uno de los métodos más
íntimamente ligados al psicoanálisis de Sigmund Freud y sus seguidores. En su
momento, esta estrategia sirvió para sustituir la hipnosis y el método
catártico en la consulta clínica de la época.
Vista de manera superficial, la asociación
libre puede resumirse en una frase: “dígame todo lo que le venga a la cabeza”,
es también una regla fundamental del psicoanálisis.
La asociación libre es un método para hacer
que algunos aspectos de las ideas y recuerdos que resulten demasiado traumáticos
para poder ser accesibles por la consciencia puedan ser alcanzados a través de la palabra.
Sigmund Freud planteaba que la asociación
libre era una manera de sortear los mecanismos de represión y bloqueo de los
contenidos mentales traumáticos y generadores de mucha ansiedad. De este modo,
haciendo que un paciente jugase con el lenguaje de forma improvisada, el
psicoanalista sería capaz de alcanzar un nivel de comprensión más profunda
sobre los problemas inhibidos de esa persona.
Origen del concepto.
Sigmund Freud se vio muy influido por
Jean-Martin Charcot, un neurólogo francés que utilizaba la hipnosis y el método
catártico para curar casos de histeria. Freud decidió hacer uso de la hipnosis
para explorar las dolencias de pacientes neuróticos, aunque tardó poco tiempo
en llegar a una conclusión muy diferente acerca de cómo debían ser tratados los
trastornos.
Freud empezó a pensar en la idea de que los
problemas mentales podían ser en realidad manifestaciones de ideas y de
recuerdos traumáticos que deben ser “aislados” y mantenidos lejos del alcance
de la consciencia. El organismo es capaz de mantener un cierto equilibrio entre
los contenidos que realmente circulan por la consciencia y aquellos que
permanecen en lo inconsciente, pero no es capaz de hacer desaparecer estos
últimos, tan solo los mantiene bloqueados. Sin embargo, en ocasiones los
contenidos a reprimir son tan poderosos que generan los síntomas de los
trastornos al luchar por filtrarse hacia la consciencia.
La hipnosis sería una manera de hacer que los
mecanismos de bloqueo de estos contenidos mentales ocultos quedasen relajados,
haciendo posible que se expresasen de forma más clara (aunque siempre de manera
indirecta). Con los sueños ocurriría algo parecido: Freud los interpretó como
hipotéticas manifestaciones de lo inconsciente y reprimido, pasadas por un
filtro de simbolismo.
El método de la asociación libre se basa en
estos supuestos:
-Existe al menos una parte consciente de la
psique, y otra que es inconsciente.
-Los contenidos de la parte inconsciente
luchan por emerger a la consciencia, pero nunca pueden ser examinados
directamente.
-Muchos trastornos mentales son fruto del
choque entre contenidos de lo inconsciente que quieren ocupar el resto de la
psique y la parte consciente que trata de impedir esto.
-Es posible crear situaciones en los que los
mecanismos de bloqueo de contenidos del inconsciente se relajan.
Entonces se utiliza la asociación libre para
permitir que contenidos de lo inconsciente que pueden estar detrás de la
aparición de un trastorno mental se expresen de manera indirecta para, de ese
modo, poder influir en ellos mediante mecanismos del lenguaje.
De este modo, se deja que el paciente vaya
diciendo todo lo que le viene a la mente, sin imponerle condiciones ni temas;
de ese modo, sus mecanismos de autocensura se relajan. Al crear un contexto en
el que el uso del lenguaje puede ser caótico, se asume que es la parte
inconsciente de la psique la que se encarga de encadenar palabras y temas entre
sí.
La lógica que hay detrás de lo que se dice
pasa a ser la lógica de lo inconsciente, que va tomando nota de regularidades
en el uso de símbolos, temas que parecen importantes, pero de los que nunca se
habla de forma directa.
Estas ideas y significados ocultos son
planteados por el psicoanalista, que da una interpretación de lo que acaba de
escuchar.
Según Freud, este método era mucho más útil
que la hipnosis y el uso de la catarsis, porque podía ser utilizado en una
cantidad mayor de personas y permitía reelaborar discursos de lo inconsciente.
Más de la asociación libre: un poco de
historia
Sigmund Freud fue desarrollando este concepto
entre los años 1892 y 1898. Fue sustituyendo progresivamente el método de la
hipnosis y de la catarsis -métodos que utilizaba en sus inicios- por el de la
asociación libre. Esta evolución fue motivada por un fin muy concreto: evitar
la sugestión del paciente.
A partir de una intervención con una de sus
pacientes, la señora Emmy Von N. en 1892, Freud comienza a pre-configurar el
método de la asociación libre. Esta paciente, le solicitó expresamente a Freud
que cesara de intervenir en el curso de sus pensamientos y la dejara hablar
libremente.
Posteriormente, en su obra ¨El método
psicoanalítico¨ de 1904 explica las razones por las cuales habría de abandonar
la hipnosis. A partir de los trabajos con Breuer, Freud se da cuenta que la
hipnosis solo producía resultados parciales y transitorios.
Gracias a que el método de la asociación
libre suprimía las resistencias del paciente, el acceso al material
inconsciente (recuerdos, afectos, representaciones) era mucho más sencillo.
Además, los efectos que se lograban con la asociación libre eran permanentes,
con la ventaja de que con esta técnica el paciente no estaba bajo los efectos
de la hipnosis. De esta forma se sustituyó definitivamente el método catártico
e hipnótico por la asociación libre, convirtiéndola en regla fundamental y
medio privilegiado para el acceso e investigación del inconsciente.
Fundamentos teóricos de la asociación libre
Cuando toda persona habla, hace una selección
de las palabras que quiere utilizar para darle un sentido al mensaje que
pretende compartir. A pesar de este proceso de selección, más o menos rápido,
suelen aparecer fallos del lenguaje, como los lapsus linguae, olvidos, repeticiones, etc., Estos “fallos”, en las
conversaciones ajenas al contexto terapéutico no suelen ser analizados; sin
embargo, en un contexto analítico tienen mucha importancia.
¿Por qué?
Jaques Lacan decía: “El inconsciente está
estructurado como un lenguaje”
Precisamente, en el contexto analítico se
entiende que estos “fallos” son una manifestación del inconsciente, es como si
de alguna manera el contenido traspasara la barrera defensiva de la persona. En
la asociación libre, el paciente, al verse liberado por el terapeuta de sus
propios controles y ajeno a toda disciplina de darle a sus ideas un sentido
lógico, se encuentra en el escenario propicio para dejarse llevar por todo
aquello que acude a ese “precipicio” en el que todo lo inconsciente adquiere
fuerza, asocia, habla. La barrera defensiva, las resistencias, son franqueadas
y es posible entonces tener acceso al inconsciente.
Una vez franqueada la barrera del
inconsciente y de la autocensura, comenzamos a utilizar palabras que nos van a
servir para indagar en nosotros mismos. Según la teoría psicoanalítica, estas
palabras gozan de un poder fundamental si se saben analizar.
Para Freud, exponer las resistencias y luego
analizarlas es completamente esencial para llevar a cabo la cura; se logra a
través de la asociación libre. De esta manera, la asociación libre, la
interpretación de los sueños y el análisis de los actos fallidos se convierten
en las tres técnicas esenciales de la clínica analítica. Siendo la asociación
libre imprescindible, tanto que para Freud es precisamente la técnica que más
separa al abordaje psicoanalítico de otras formas de acercamiento terapéutico.
¿Cómo se lleva a cabo la asociación libre?
La asociación libre puede surgir
espontáneamente o ser inducida a partir de un sueño, fantasía o cualquier otro
pensamiento. Sin embargo, para que esta se lleve a cabo y realmente se produzca
una asociación libre, es necesario que se haya consolidado la transferencia con
el analista. Nada de lo que se diga en sesión será juzgado. Nada es correcto o
incorrecto; por tanto, todo lo que se diga es válido.
En el momento en que el paciente se deja llevar por sus pensamientos y logra expresarlos abiertamente a su analista, está permitiendo que afloren las representaciones inconscientes para que puedan ser así analizadas, interpretadas y trabajadas. Obteniendo acceso al material inconsciente, podrá volver a elaborarlo de manera consciente: el objetivo de esta elaboración es que deje de ser una fuente de malestar o conflicto.
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