viernes, 10 de junio de 2022

El inconsciente está estructurado como un lenguaje.

 


Seguramente todo aquel que se dedica al psicoanálisis y conoce, aunque sea un poco, la teoría de Jacques Lacan se encontró con ciertas frases que se repiten hasta el hartazgo, pero se explican demasiado poco. Considero que es una forma de producir golpes de efecto por parte de Lacan, de fascinar a quienes lo escuchaban en sus seminarios o lo leían en sus publicaciones y considero también que es algo que muchos de sus seguidores tomaron de él de una manera que, considero yo, es bastante nociva para lo que yo entiendo por la transmisión del psicoanálisis.

Son muchas consideraciones por mi parte, pero nunca pretendí dar la verdad de las cosas, sino solamente mis impresiones.

Así nos encontramos con frases como: “la relación sexual no existe”, “el deseo es el deseo del Otro” o su prima hermana: “el deseo es el deseo de deseo”, “el inconsciente es el discurso del Otro” y la que ahora nos ocupa y le da título a esta publicación.

¿Qué se puede pensar a partir de esa frase? Me parece que las primeras siete clases del seminario 5, llamado “Las formaciones del inconsciente” son muy esclarecedoras respecto de este tema, ya que ahí Lacan dice esto algunas veces de manera más directa, otras sin nombrarlo, a veces más claramente y otras de forma más oscura. Sea como sea, Lacan está hablando de esto y es ahí donde voy a leer para comentar esta frase que, como todas las otras, puede sonar muy rara cuando se escucha por primera vez, pero adquiere una gran claridad y coherencia cuando se las trabaja.

Estas siete primeras clases se agrupan bajo el título: “Las estructuras freudianas del espíritu” y ya ahí aparece el término estructura, de manera que estamos en el tema.

Lacan empieza a hablar del chiste y toma ejemplos de: “El chiste y su relación con el inconsciente”, de donde saca el “famillonario” y el “becerro de oro” como agudezas (así se nombra en el seminario al chiste) paradigmáticas de los dos mecanismos fundamentales que Freud encontró en el inconsciente.

Toda la obra de Freud muestra dos leyes fundamentales del inconsciente, se trata de la condensación y el desplazamiento. Hay que tener en cuenta que Freud, como todos, era hijo de su época, y cómo tal estaba inmerso en el lenguaje que se hablaba comúnmente y por eso estaba muy unido al paradigma de la física. Además de esto, hay que tener en cuenta que su formación como neurólogo siempre lo tuvo muy cerca de lo orgánico, donde la física tiene un rol central en lo referido a los mecanismos del cuerpo. Por esto, y tal vez por muchas cosas más, la forma en que Freud denomina a estas dos leyes del inconsciente son las mencionadas, formas tomadas de la física y que están pensadas en relación a cómo se actúa sobre objetos concretos. Exactamente lo mismo ocurre cuando habla de energía y otras cosas.

Esto es distinto cuando hablamos de Lacan, ya que él no parte de la física como lo hacía Freud, sino que sale de este ámbito para meterse en muchos otros, como en este caso en el cual él se ubica dentro de la lingüística. Es así como sigue de cerca los trabajos de unos lingüistas rusos, en especial los de un amigo suyo llamado Roman Jakobson, y encuentra que este lingüista habla de dos leyes del lenguaje, las cuales llama la metáfora y la metonimia.

La asociación que se hace entonces, es que las leyes del lenguaje, es decir la metáfora y la metonimia, se corresponden con las del inconsciente, es decir la condensación y el desplazamiento.

Se trata de las leyes del inconsciente como Freud las descubrió y las identificó por separado, explicando su mecanismo para producir una diversidad de fenómenos tales como los síntomas, los lapsus, los chistes, los sueños y los olvidos, es decir las manifestaciones que Lacan llama en el seminario que nos ocupa como “formaciones del inconsciente”. La condensación y el desplazamiento ponen en evidencia la estructura del inconsciente y también muestran cómo esta estructura produce ciertas formaciones que todos nosotros encontramos habitualmente en nosotros mismos y en otros.

Es en relación a esa estructura del inconsciente, el cual está regido por estas dos leyes, que Lacan, ya en la primera clase del seminario, dice que Freud vio la relación entre la agudeza y el inconsciente y que esto tuvo lugar en el plano formal, sin que esto hiciera referencia a las bellas formas de la gestalt, sino a de las formas de la estructura del significante.

Pero, al mismo tiempo, se trata de las leyes que estructuran el lenguaje bajo el nombre de la metáfora y la metonimia, tal como Jakobson lo dice y Lacan lo retoma. Esas dos son las leyes que dan su forma al lenguaje, sin importar de qué lenguaje se trate, ya que todos tienen la misma estructura.

Lacan, en la segunda clase, dice que se trata de analogías de estructura que solo pueden observarse en el plano lingüístico y que se producen gracias a la técnica del significante.

Entonces, luego de todo esto, Lacan dice… “el inconsciente está estructurado como un lenguaje”, es decir de la misma forma, con las mismas leyes.

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